Page 10 - Ego Group Memoria 2016
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; hubo un tiempo en que Juan Luis era un pequeño diablo. Mas, quién no usa rabo y coco en
un lugar para diablos. Fue en la academia de mecanografía — Relaño era un método rápido de
aprender. Veamos este ejemplo de integración a dos manos: “Gramática es el arte de hablar y
escribir corrrectamente y con propiedad.”
Y luego… Regaño: — “¡¿Quién rompió esta máquina; ¡a que fuiste tú!?”
Juan Luis, pensaba: El puñetero verbo, se las traía. ¡Cómo he tenido que copiar dictado sobre
verbo en la primaria!: “pescar, pesqué, pescaría…” “algo que si no es pez fuera pescado”… El
verbo. ¡Qué largos días! Y…
“¡Descruce las piernas!... ¡Esa no es manera de sentarse en clase!”…
Y… “arréglame esta máquina de coser. Aquí, en el mueble, ponle unos clavitos.”
Tres años después, un carpintero: — “¡Retoño, quién “abajo” arregló la tablita!”
Y la campana de papel de china para navidad. Un día, a la hora de almuerzo, encontraron un
corte en forma de campana dibujado en el hule de la mesa.
Una tía gruñona se tiraba los pelos y con metáforas esdrújulas proyectaba letrina: — “M aquí
¡M aquí!… ¡M!” —
Y de mala sangre en carambola: — “¡Perro!… Pero ¡¿Qué hace este perro…?! ¡Siboney!
¡Mefistófeles! Suelta… ¡Suelta perro!”
Corrió el perro hacia Juan Luis dejando un género mordido. Era un tafetán azul para refajo que
la tía dejara sobre una silla cerca de la mesa. Y: —“Esa mata en el suelo ¡¿Quién me arrancó
la begonia?! ¡Perro!”
Las notas de Mefistófeles malsonaban en la vitrola de la saleta. Una tía encandilada y nerviosa
se encerraba en su habitación. En el patio el perrito meneaba la cola.
— “¿No te gusta la idea de descansar del pasado?
— “¿Descansar y de qué?”
— “Cierra la cortina, entra demasiada luz.”
— “Mejor hubiera sido viajar a otro sitio.”
— “¿Por ejemplo…?”
— “Al extranjero, digamos: al Bósforo, —”
— “¡¿Al Bósforo?!… … …¿Ves…? ¿Desentono? Es mi nuevo uniforme de bermudas y
botella de agua. ¿Entusiasma…? Poco alcohol, poco comer y mucho pie en camino: de mañana,
de tarde, de noche ¡que sí! ¡¿Qué no?! ¡¿Qué Sí?!… ¡A que acabamos en la “silla eléctrica”!
¡¿Caminamos, o no?!”
— “¿Estás loco, con este calor?… ¡Por favor; la cortina!”—
Debió pasar un velero tras el espacio cubierto. Por lo demás, sabemos que Juan Luis conocía
las edades. Una siesta maligna conciliaba el verano en corrida acuarela sobre algas.
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un lugar para diablos. Fue en la academia de mecanografía — Relaño era un método rápido de
aprender. Veamos este ejemplo de integración a dos manos: “Gramática es el arte de hablar y
escribir corrrectamente y con propiedad.”
Y luego… Regaño: — “¡¿Quién rompió esta máquina; ¡a que fuiste tú!?”
Juan Luis, pensaba: El puñetero verbo, se las traía. ¡Cómo he tenido que copiar dictado sobre
verbo en la primaria!: “pescar, pesqué, pescaría…” “algo que si no es pez fuera pescado”… El
verbo. ¡Qué largos días! Y…
“¡Descruce las piernas!... ¡Esa no es manera de sentarse en clase!”…
Y… “arréglame esta máquina de coser. Aquí, en el mueble, ponle unos clavitos.”
Tres años después, un carpintero: — “¡Retoño, quién “abajo” arregló la tablita!”
Y la campana de papel de china para navidad. Un día, a la hora de almuerzo, encontraron un
corte en forma de campana dibujado en el hule de la mesa.
Una tía gruñona se tiraba los pelos y con metáforas esdrújulas proyectaba letrina: — “M aquí
¡M aquí!… ¡M!” —
Y de mala sangre en carambola: — “¡Perro!… Pero ¡¿Qué hace este perro…?! ¡Siboney!
¡Mefistófeles! Suelta… ¡Suelta perro!”
Corrió el perro hacia Juan Luis dejando un género mordido. Era un tafetán azul para refajo que
la tía dejara sobre una silla cerca de la mesa. Y: —“Esa mata en el suelo ¡¿Quién me arrancó
la begonia?! ¡Perro!”
Las notas de Mefistófeles malsonaban en la vitrola de la saleta. Una tía encandilada y nerviosa
se encerraba en su habitación. En el patio el perrito meneaba la cola.
— “¿No te gusta la idea de descansar del pasado?
— “¿Descansar y de qué?”
— “Cierra la cortina, entra demasiada luz.”
— “Mejor hubiera sido viajar a otro sitio.”
— “¿Por ejemplo…?”
— “Al extranjero, digamos: al Bósforo, —”
— “¡¿Al Bósforo?!… … …¿Ves…? ¿Desentono? Es mi nuevo uniforme de bermudas y
botella de agua. ¿Entusiasma…? Poco alcohol, poco comer y mucho pie en camino: de mañana,
de tarde, de noche ¡que sí! ¡¿Qué no?! ¡¿Qué Sí?!… ¡A que acabamos en la “silla eléctrica”!
¡¿Caminamos, o no?!”
— “¿Estás loco, con este calor?… ¡Por favor; la cortina!”—
Debió pasar un velero tras el espacio cubierto. Por lo demás, sabemos que Juan Luis conocía
las edades. Una siesta maligna conciliaba el verano en corrida acuarela sobre algas.
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